Era la tarde del 6 de julio de 1957 cuando llegué al jardín de la iglesia de San Pedro en Woolton, un suburbio ubicado al sur de Liverpool, Inglaterra, lugar donde se estaba llevando a cabo la fiesta del barrio.
A manera de escenario, había un entarimado sobre el cual tocaba un grupo de jóvenes que se hacían llamar “The Quarrymen”.
Me fui acercando lentamente hasta quedar exactamente frente a ellos.
De ese grupo, sobresalía su vocalista, un muchacho de 16 años, de pelo castaño, que vestía un pantalón oscuro y una camisa a cuadros. Su nombre era John Lennon.
Sonreí.
Empezó a cantar “Let´s have a party”, una canción interpretada por Wanda Jackson y grabada por Elvis Presley para la película Loving You.
Fue emocionante ver cómo el público —en su mayoría jóvenes— “se prendió” con esa canción. Cuando me di cuenta, yo también ya estaba llevando el ritmo con mi pie derecho.
Me pareció admirable el talento de ese joven a pesar de lo deteriorada que estaba su guitarra. Creo que incluso hasta le faltaba una cuerda.
Cuando terminó de cantar, la gente los ovacionó y él, haciendo movimientos graciosos, siguió cantando ahora “Be-bop-a-lula” canción que interpretaba en su versión original Gene Vincent y que fue un éxito en 1956.
Me entristecí cuando a mi mente llegó la pregunta de si ese muchacho hubiera sabido que veintitrés años más tarde, después de lograr el éxito a nivel mundial uno de sus fans lo asesinaría a sangre fría ¿hubiera continuado con su carrera musical?
En fin, al concluir el “concierto” me acerqué por detrás del escenario y vi que los integrantes del grupo musical departían alegremente haciendo bromas.
De pronto vi que se acercaron dos jóvenes. Uno de ellos de nombre Ivan Vaugham, conocía a John. Se saludaron. Ivan le presentó a un amigo de nombre Paul McCartney, un jovencito de quince años.
Volví a sonreír.
John y Paul intercambiaron unas palabras y luego éste último tocó la canción “Twenty Flight Rock”, originalmente interpretada por Eddie Cochran.
Al escucharlo, John se impresionó y lo invitó a integrarse al grupo.
Cuando los vi estrechar su mano, me retiré lentamente del lugar. Acababa de presenciar el inicio de la mancuerna de compositores más extraordinaria en la historia del Rock and Roll del siglo XX.

Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.
Fui preso de mi imaginación, la cual me ganó… Gracias siempre señor Fermín por transportarnos a lugares inimaginables. Le envío un fuerte abrazo.
Me alegra que te haya gustado esta sencilla publicación Isaac y yo soy quien me siento agradecido por haberte tomado el tiempo para leer y comentar este sencillo cuento. Te mando un gran abrazo y muchas bendiciones para ti y tu familia.