Esa noche llegué a mi casa después de trabajar y vi que mi papá estaba sentado en una de las sillas del comedor, cenando.
Me serví una taza de café con leche y lo acompañé. Yo sabía que, aunque ya había pasado un año desde el fallecimiento de mi madre, él la seguía extrañando.
Cuando terminamos de cenar le dije:
—Papá, quiero pedirte de favor si puedes acompañarme a pedir la mano de mi novia. Ya nos queremos casar.
Él me miró y una gran sonrisa iluminó su rostro.
—¡Claro! —exclamó entusiasmado— ¿Cuándo quieres que vayamos?
—¿Qué te parece el sábado?
—Me parece muy bien.
Y así, un sábado del mes de mayo de 1985 ahí estaba yo, en compañía de mi padre, frente a mis futuros suegros solicitándoles su anuencia para contraer matrimonio con su hija.
Tres meses después se llevó a cabo nuestra boda por el civil, pero esa no era la que más nos interesaba, lo más importante para nosotros era contar con la bendición de Dios así es que el viernes 13 de septiembre de 1985 llegamos muy puntuales al Templo de San Francisco en pleno centro de la ciudad de Celaya, y ahí, frente a nuestro Padre y Creador, recibimos su bendición para iniciar nuestra gran aventura.
En estos 38 años hemos vivido de todo.
Momentos felices: Nuestra boda, la llegada de cada uno de nuestros hijos a nuestras vidas, las fiestas de cumpleaños, los días de Navidad y Reyes, los paseos familiares y recientemente la llegada de nuestras nueras y nietos.
Pero dicen que no hay buenos soldados en tiempos de paz ni buenos marineros en aguas calmadas así es que, como en toda familia, no han faltado las adversidades.
Enfermedades, cirugías, accidentes, limitaciones económicas, ausencias por motivos laborales, el fallecimiento de seres muy queridos para nosotros, entre ellos dos de nuestros hijos.
Pero todas esas adversidades no las hubiéramos podido soportar sin la amorosa Presencia de nuestro Padre Celestial y bajo el manto protector de nuestra madre, la Santísima Virgen María.
Por eso es que hoy me siento bendecido y le agradezco a Dios y a mi esposa por estos 38 años de amor y paciencia y si Él nos lo permite, seguiremos disfrutando de esta gran aventura.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.
Existen sucesos extraños, mensajes y experiencias que llegan cuando menos lo esperas. Mejor dicho ” cuando mas los necesitas”.
Muchas gracias Sr. Fermín por compartir emotiva reflexión. Me ha permitido didicar un espacio, momento de introspección sobre la riqueza emocional y de amor que tengo en mi hogar, en compañía de mi esposa.
Su mensaje, me hizo recordar, momentos emotivos con mis padres, mi esposa, hijos y amigos.
Gracias por compartir.
Le mando un gran abrazo, mis mejores deseos y bendiciones para Usted, su esposa y toda su familia. Y una felicitación por su aniversario…
¡Qué tal mi querido amigo Ramón! Me da mucho gusto saludarte. Acabo de leer tu mensaje y creo que todos, de alguna manera, somos instrumentos de Dios para decirnos lo mucho que nos ama.
Me agrada saber que mi publicación te gustó y/o te sirvió de alguna forma.
Agradezco mucho que te hayas tomado el tiempo de enviarme este mensaje. Mi esposa y yo agradecemos tu felicitación, la recibimos con cariño y te enviamos un abrazo muy afectuoso.
Bendiciones para ti y tu familia.