—¿Quieren que les muestre un fenómeno maravilloso? —preguntó mi maestra Carolina quien impartía las materias de Física y Química.
Algunos alumnos asentimos con la cabeza, sonriendo, otros solo la miraban expectantes.
—Lancen un objeto hacia arriba —indicó— puede ser una moneda, un lapicero o cualquier otro objeto.
Cuando lo hicimos, vimos cómo el objeto caía de inmediato al piso. Así fue como empezó su exposición sobre la Ley de la Gravitación Universal la cual afirma que existe una fuerza atrayente entre dos cuerpos.
Me parecía algo tan ordinario que no lo veía relevante hasta que nos dijo que era la razón por la cual, a pesar de que la tierra es redonda, no se cae el agua de los mares.
Cada que recuerdo esa anécdota no puedo evitar extrapolarla a un plano espiritual: pienso que existe una fuerza más poderosa que la de la gravitación que hace que el ser humano sea atraído por Dios, en este mundo y en el otro.
Y si tú sientes un vacío en tu interior,
y si ya te has cansado de buscar,
sin hallar en esa constante búsqueda
tal vez la dicha, tal vez la paz o la felicidad
déjame decirte que hay solo un camino
Él es el Camino, Él es la Vida, no busques más.
Y cuando llega el final de nuestra vida en esta tierra, mi creencia es que todo ser humano vuelve a sentir esa fuerza atrayente llena de Luz y de Amor que nos llama y que dependiendo de nuestra respuesta y qué tanto cumplimos su voluntad es que estaremos más pronto o más tarde en el verdadero lugar al que pertenecemos.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

