Hace unos días escuché uno de los pasajes bíblicos que más me ha impresionado: cuando Dios se le apareció en sueños al recién ungido Rey Salomón y le dijo que pidiera lo que quisiera. El Rey, en lugar de pedirle larga vida, riquezas o la muerte de sus enemigos, le pidió Sabiduría para poder gobernar a su pueblo. Al Señor le agradó tanto su petición que no solo le concedió lo que pidió, sino que le dio tanta riqueza y gloria como a ningún otro se le ha concedido.
Esa lectura me dejó reflexionando en lo evidente que es la generosidad de Dios y pensé: ¿Cuántos de los que tenemos algún tipo de autoridad y responsabilidad hemos pedido sabiduría? Pensemos en el Presidente de la República, Gobernadores, Presidentes Municipales. Pero también los directores y jefes de las empresas, escuelas, hospitales, propietarios de negocios, etcétera, y no podemos faltar los padres y madres de familia, porque no hay empresa más importante hoy en día que la familia.
Pienso que, si no lo hemos hecho, nunca es tarde para hacerlo. Hoy mismo, en la intimidad de nuestra habitación y hablando directo con Dios podemos pedirle esa sabiduría que hoy hace tanta falta para llevar bien las cosas y estoy seguro que Él se conmoverá con nuestra petición y no solo nos concederá Sabiduría sino aquello que adicionalmente quisiéramos obtener. Dios no se deja ganar en generosidad.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

