LA VOLUNTAD

¿Has visto las películas donde el protagonista principal posee super poderes y los utiliza para luchar por la justicia y salvar al mundo?

Bueno, pues quiero decirte que, en cierta forma, puede ser real. Hoy vamos a analizar una de las tres potencias del alma: La Voluntad.

Es inmenso el beneficio que puedes obtener al utilizar tu capacidad volitiva que consiste en decidir, en querer hacer una cosa o lograr un objetivo.

Pero es una realidad que ejercer la voluntad en ocasiones no es fácil, requiere esfuerzo y es ahí donde a muchos seres humanos se nos complica.

Pues hoy quiero darte un consejo para fortalecer de voluntad: Elige detonadores poderosos.

Solo mencionaré dos detonadores comunes (hay tantos como personas en el mundo): La conciencia y el miedo.

Voy a poner un ejemplo de cómo funcionan esos detonadores en la mente:

1. La conciencia.

Supongamos que llevas mucho tiempo fumando y un día recibes información acerca de las desventajas y riesgos de seguir haciéndolo, tanto por cuestiones de salud como económicas.

El contenido y la forma en que recibes esa información es tan poderosa que detona en tu interior el deseo y la firme decisión de dejar ese hábito. Y lo haces.

2. El miedo.

Una madrugada te despiertas sobresaltado(a) porque no puedes respirar. Por fortuna tienes a alguien cerca y rápidamente te trasladan a un hospital. Es horrible la sensación que sientes. Los médicos hacen su trabajo, te suministran oxígeno y te estabilizan. Toman muestras de sangre, una tomografía y te dicen: “Lamento decirlo pero si usted no deja de fumar de inmediato, tiene sus días contados”.

Entonces esa pesadilla te deja un aprendizaje y decides hacer un cambio inmediato en tu vida, para bien.

Dejar de fumar solo es un ejemplo, hay muchas cosas más que puedes lograr: Combatir el sobrepeso, concluir tus estudios universitarios, lograr ese proyecto que tanto te entusiasma, mejorar la relación con alguna persona, disminuir el sobreendeudamiento, solo por mencionar algunos.

Así es que sí, tú tienes un poder: La Voluntad. Solo es necesario que sepas utilizarlo, que introduzcas en tu mente los detonadores adecuados, aquellos que te impulsen a ejercer ese don que Dios nos dio y ya verás qué maravilloso es cambiar el mundo, tu mundo.