Un día me encontré a una amiga a quien tenía años que no veía y me contó que se sentía muy orgullosa de que su hija estaba estudiando en la escuela de Danza de Bellas Artes, en la ciudad de México. Me dio mucho gusto y la felicité.
—Es un don que ella recibió y qué bueno que lo esté desarrollando —le comenté.
—Sí —contestó— porque yo no salí buena para nada.
Me extraño su comentario. Quise entender que se refería específicamente a la Danza, pero recordé que días antes un amigo me comentó que se sentía triste porque él creía no tener algún talento en especial.
Eso me hizo reflexionar en lo siguiente: Estoy convencido que todas las personas, absolutamente todas, fuimos dotadas con uno o varios dones o talentos, solo que hay que descubrirlos y desarrollarlos.
Algunas personas, como la hija de mi amiga, desarrollan su gusto por una de las bellas artes, pero recordemos que son siete: Arquitectura, Danza, Literatura, Pintura, Escultura, Música y Cine, pero otras tal vez no sientan inclinación por ello sino por el deporte o por la ciencia.
A veces pienso que hay personas que se subestiman, no notan sus virtudes, pero es seguro que las tienen. Tú, que estás leyendo estas líneas, tienes muchas virtudes. No te enfoques tanto a tus “defectos”, potencializa tus virtudes. Saber escuchar es un arte, saber enseñar, saber comprender, saber amar. Yo pienso que podemos hacer de nuestra vida una obra de arte si todo lo hacemos, por sencillo que sea, lo hacemos con gusto, con amor y con calidad.
Ya el filósofo y abogado francés Voltaire dijo: “El arte de la vida es hacer de la vida una obra de arte”.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

