Así como en un gimnasio podemos ejercitar nuestro cuerpo, en la vida podemos ejercitarnos en diferentes virtudes que nos ayudarán a ser y a vivir mejor.
Estas virtudes tienen relación con la forma en que los seres humanos reaccionamos ante un futuro incierto.
Voy a mencionar dos ejemplos:
El primero es cuando una persona sufre un accidente y los médicos le dicen: “La situación está complicada, pero haremos todo lo que esté en nuestras manos”. Sus seres queridos rezan para que conserve la vida pero no saben cuál será el desenlace.
Otro caso menos grave pero no por eso deja de ser angustiante es cuando una persona se encuentra sin empleo. Ha buscado en muchos lugares pero en ninguno le han dado respuesta.
Tanto en este como en el otro caso el futuro es incierto. En ambos casos se ponen a prueba diferentes virtudes: La paciencia, la perseverancia, la fe y la esperanza.
El Maestro de Nazaret expresó varias frases que nos servirán para ejercitarnos.
“Pedid y se os dará”, “buscad y hallaréis”, “llamad y os abrirán”. “Porque todo aquel que pide recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama se le abrirá”.
Estas palabras son contundentes y reflejan que todo tiene solución pero en ninguna de las frases adicionó las palabras “de inmediato”. Así es que debemos pedir, buscar y llamar, ejercitando la paciencia y esperando el tiempo necesario para obtener una respuesta o lograr un resultado.
La palabra “Esperanza” proviene del verbo “esperar” y para esperar tenemos que aprender a ser pacientes. Y claro que entre más angustiante sea la situación que estamos viviendo es más difícil de desarrollar la paciencia, pero es por eso que nos conviene ejercitarla en los momentos más cotidianos de nuestra vida, los menos drásticos, para que cuando lleguen los momentos “de verdad” ya tengamos fortalecida nuestra virtud.
Si no encuentras trabajo, no te desanimes, sigue tocando puertas. Mentalízate a que tal vez tengas que tocar cien para que te abra una pero no dejes de buscar con la confianza de que encontrarás lo que mejor para ti.
Me gusta una frase que circula en internet y que dice más o menos así: “Al final, todo saldrá bien y si aún no sale bien, es que todavía no es el final”
La otra virtud a ejercitar es la fe. En el evangelio de San Marcos Jesús dijo de manera categórica: “…Os aseguro que todas cuantas cosas pidiereis en la oración, tened fe en conseguirlas y se os concederán”
Resalto las dos primeras palabras: “Os aseguro”, significa que no hay posibilidad de que el Maestro se equivoque, no solo porque Él dice la verdad, Él es la Verdad.
Ahora comentaré una de las virtudes más importantes de ejercitar: la confianza en Dios.
Un joven llevó de urgencia al hospital a su mamá. Su papá lo vio preocupado, le tomó del hombro y le dijo: “Pongamos todo en las manos de Dios y todo saldrá bien”. Cuando al joven le dieron la noticia de que su mamá había fallecido le reclamó a su padre: “Me dijiste que todo saldría bien”. El papá, con una mirada triste pero tranquila le dijo: “Nunca te mentí, tu mamá hoy está bien”.
Aceptar ciertas circunstancias dolorosas con la convicción de que tienen una razón de ser que sobrepasa nuestra comprensión es también una forma de amar a Dios. Confiar en que todo lo que viene de Él es bueno, incluso la muerte. Tal vez para quienes nos quedamos en este mundo no lo consideramos “bueno”, pero para quien ha partido seguramente le espera una vida mejor.
Ese tipo de aprendizajes es el resultado del ejercicio, de hacerlo una y otra vez hasta que las virtudes se hayan robustecido en el gimnasio de la vida.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.


MUY BELLA REFLECCION , RECUERDO LO QUE ALGUNA VEZ ME COMENTO MI PAPA Y MI MAMA, QUE LA FE ES CREER ANTES QUE SUCEDA.. BONITO DIA MI ESTIMADO FER.
Me alegra que te haya gustado apreciable amigo Ernesto. Recibe un abrazo afectuoso.