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Un miércoles por la noche Jaziel salió de su trabajo y al ver su reloj se dio cuenta que ya iban a dar las once. Aunque ya era tarde, prefirió caminar, necesitaba despejarse un poco.

Al llegar a una de las callecitas transversales del centro de la ciudad vio un anuncio de neón color verde que decía “Pase usted. Música en vivo”. Era un bar.

La puerta de madera estaba abierta de par en par. Había bastante afluencia de gente. De dentro salía el sonido maravilloso de la música que de inmediato lo atrapó.

Cuando entró, vio a un hombre delgado, moreno —muy moreno— de unos veinti tantos años, vestido de frac, que tocaba en el piano la canción “I can’t stop loving you” (No puedo dejar de amarte) un clásico de Ray Charles y que también la interpretaría Elvis Presley.

Lo acompañaban tres músicos más, uno en la batería, otro en la guitarra y uno más en el bajo. Se escuchaba maravilloso. El ritmo lento de la canción le daba un toque nostálgico.

Jaziel se sentó en uno de los bancos que se encontraba frente a la barra y pidió una bebida. Se quitó la corbata y la guardó en el interior de su saco.

Volteó hacia donde estaba el artista para continuar disfrutando de su presentación. El lugar estaba repleto de gente.

Algo que llamó su atención fue el vestuario del público. Muy elegantes todos, pero al estilo de los años cincuentas o sesentas.

Pensó que tal vez pudo haberse entrometido en una fiesta temática pero luego recordó que en la entrada no le requirieron invitación. Además, el anuncio decía: “¨Pase usted”.

Cuando el artista terminó su interpretación, la gente lo ovacionó y le pidieron que cantara una canción más.

Él accedió y cantó: “Bring it on home to me” (Tráelo a casa para mí). Otra canción suave que interpretaba en su versión original el gran Sam Cooke.

Cuando el artista concluyó, la gente lo volvió a ovacionar.

—¿Quieren bailar? —preguntó el joven músico.

Todos se entusiasmaron y aplaudieron respondiendo de forma afirmativa. Entonces empezó a tocar “Ain’t that a shame” (¿No es eso una pena?) del inolvidable Fats Domino y luego siguió con “Rock around the clock” de Bill Haley y sus cometas.

El ambiente “se prendió”. Todos bailaban al ritmo de rock.

Jaziel se sentía feliz y disfrutaba el momento. “No cabe duda” pensó, “la música es un auténtico bálsamo para el alma”.

Aun no terminaba la melodía cuando Jaziel recibió a través de su celular un mensaje de su hija quien estaba preocupada por su tardanza. Respondió el mensaje para tranquilizarla, pagó la cuenta y salió del bar.

Cuando llegó a su casa, su hija aún estaba despierta. Su padre le contó del lugar tan fascinante que había encontrado y acordaron acudir al día siguiente.

El jueves por la noche se dirigieron hacia allá. Estacionaron su auto exactamente frente al local, pero para sorpresa de ambos, el anuncio estaba apagado y semi destruido. El bar lucía abandonado.

Al principio pensó que se había equivocado de calle, pero no, había varias señales muy claras de que estaban en el lugar correcto.

De pronto se abrió la puerta de la casa de al lado y salió un hombre como de unos setenta años de edad con su sombrero en la mano.

—Disculpe —exclamó Jaziel— ¿No estaba funcionando este bar ayer?

El hombre miró el inmueble y movió su cabeza negativamente.

—No, este bar funcionaba en todo su apogeo en los años sesentas. El dueño era quien se presentaba a tocar y cantar, pero pocos años después murió y desde entonces nadie ha vuelto a ocupar este lugar.

Jaziel no podía ocultar su sorpresa. Le agradeció al hombre su amable atención y se despidió de él.

Su hija sacó de su bolso las llaves del carro y se subió en el asiento principal. Jaziel ocupó el lugar del copiloto y justo cuando estaban a punto de partir notó que en la pared estaba pegado un antiguo cartel.

—Un momento por favor —le pidió a su hija.

Jaziel bajó del auto y se aproximó al cartel. Estaba impreso en papel opalina y ya casi no se notaban las letras. Encendió la lámpara de su celular y se acercó más para ver la foto que estaba en él.

Sí, era el mismo joven moreno que cantó ayer, ahí, en el bar.

Fermín Felipe Olalde Balderas
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas

Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

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