Eran como las diez de la noche cuando yo venía manejando por la carretera La Piedad-Irapuato. De pronto empezó a llover así es que activé el limpiaparabrisas.
Apenas había pasado el municipio de Abasolo cuando surgió un viento muy fuerte que provocó que la pluma que limpiaba el cristal de mi lado saliera disparada por los aires y a partir de ese momento yo ya no podía ver nada.
En el primer acotamiento que encontré detuve el vehículo y justo cuando estaba por abrir la puerta arreció la lluvia de tal forma que mejor opté por no salir.
Después de veinte minutos bajó la intensidad del viento y de la lluvia. Afortunadamente yo siempre traía una pequeña toalla o trapo multiusos en la guantera, así es que me bajé del carro, acomodé el trapo en la base del limpiaparabrisas y con ese truco pude continuar mi camino. Yo me sentía enojado y renegando del destino por haber tenido ese incidente.
Continué mi camino y poco antes de llegar a Irapuato estaba el tráfico detenido. Después de otros minutos de espera, la fila de vehículos empezó a avanzar. Calculé que ya habían pasado como cuarenta minutos desde que tuve el incidente con el limpiaparabrisas.
Poco a poco me iba acercando al punto donde estaba el “cuello de botella” y al llegar me quedé impresionado al ver el tamaño del árbol que se había caído y que ahora obstruía nuestro paso.
Un agente de la policía federal estaba dando el transito alternadamente a los que iban y venían por la carretera y cuando pasé junto a él bajé el cristal de mi ventanilla, le saludé y le pregunté ¿Cuánto tiempo hace que se cayó este árbol?
—No hace mucho —contestó el oficial— tal vez unos cuarenta minutos.
Sentí que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Le agradecí, subí el cristal de mi ventanilla y seguí conduciendo. De inmediato llegó a mi mente la idea de que si no me hubiera ocurrido el incidente del limpiaparabrisas tal vez ese árbol me hubiera caído encima.
El resto del viaje lo dediqué a darle gracias a Dios y reflexionando sobre cuántas veces nos ocurren incidentes o adversidades que de momento nos molestan pero que en realidad son medidas de protección hacia nosotros.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

