El pasado 21 de septiembre se conmemoró el día internacional de la paz.
Si yo te preguntara si estás de acuerdo en que existe paz en el mundo quiero suponer que responderías que sí, pero ¿estarías dispuesto(a) a contribuir para lograrlo?
Pienso que existen tres alrededores elementales en los que podemos contribuir para lograr la paz.
El primero es la paz interior.
Difícilmente podremos lograr la paz con nuestros semejantes si no lo logramos primero dentro de nosotros mismos.
No sé si te ha pasado pero en ocasiones nos llegan pensamientos que alteran nuestra paz interior y es importante que aprendamos a esquivarlos porque nos hacen mucho daño.
Por ejemplo, cuando recuerdes a alguien que te ofendió y revive una y otra vez lo que sentiste en ese momento y se desatan en tu interior sentimientos como el deseo de venganza o el rencor y ya cuando acuerdas ya perdiste tu paz interior.
Pienso que la única forma de lograr una paz interior verdadera y permanente es dejar entrar a Dios en nuestro corazón.
El segundo ámbito es con la familia.
Como seres humanos que somos, es común que a veces existan diferencias y conflictos entre los integrantes de una familia al grado de que se pierda la comunicación y la armonía. “Yo no le hablo a mi hermano”, decía un amigo mío “porque un día me ofendió y nos peleamos”.
Pienso que valdría la pena hacer un esfuerzo por resolver en la vida ese tipo de conflictos.
Pedirle a Dios que nos ilumine para encontrar el momento y la forma adecuada. Y aquí juega un papel fundamental la disposición para el perdón. A veces se piensa que cuando perdonas a alguien el beneficiado es aquel, pero no, eres tú porque el perdón tiene un efecto liberador.
Ahora bien, si hay una persona que tiende a ofenderte o incluso a dañarte, perdonar no significa que tengas que volver a exponerte a ser ofendido o dañado. No, simplemente, te liberas de la carga emocional que representa el odio y el rencor, y sigues adelante con tu vida tomando cierta distancia con esa persona.
Sé que es más fácil entenderlo que aplicarlo, sin embargo, no es imposible para quien tiene disposición de ofrecer a Dios ese regalo y demostrarle que hablamos en serio cuando le decimos: “Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”
El tercer ámbito es el social que incluye a nuestros vecinos, compañeros de trabajo, amigos, etcétera.
Pienso que no se debe lograr la paz a través de la violencia pero tampoco de la sumisión.
Déjame contarte una historia:
Un hombre tenía un vecino que constantemente dejaba estacionado su vehículo obstruyendo su cochera aun y cuando tenía lugar donde guardar su auto. Y cada vez que el hombre o algún miembro de su familia deseaban salir de su casa, tenían que andar buscando al vecino para que moviera su vehículo.
Entonces intentó, no una sino varias, resolver la situación a través del diálogo, supuso que hacer conciencia a su vecino de la importancia de respetar los espacios de cada uno se resolvería el problema. Pero no, no presenta, su vecino seguía obstruyendo su cochera.
—Un día tengo ganas de salir y romperle los cristales al vehículo del vecino —le comentó el hombre a su esposa, ya desesperado— para que entienda que no debe obstruir nuestra cochera.
—Tú tienes ganas de romperle los cristales — respondió ella— yo tengo ganas de romperle la m….
Era el demonio el que estaba sugiriéndoles eso a través de sus pensamientos. Y sí, ellos tienen dos opciones para lograr la paz: A través de la violencia o de la sumisión.
Pero no, optaron por acudir al Ministerio Público a exponer su situación y pedir ayuda. Las autoridades citaron a las partes en conflicto, analizaron todo y jugaron un papel conciliador. Le hicieron entender al vecino que debían respetar el espacio de los demás.
Claro que esto no fue del agrado del vecino. Firmó el compromiso ante las autoridades “a regañadientes” y dejó de hablarle al hombre ya su familia. Ellos no se inquietaron porque sabían que no era algo personal contra él, era más importante mantener el orden y el respeto porque así se conserva la paz.
Trabajar por la paz no es tarea fácil. No hay que olvidar que el demonio siempre promoverá, a través de nuestros pensamientos, la división, el rencor.
Por eso, en este día internacional de la paz pienso que es bueno seguir orando para que termine el conflicto en Ucrania, en algunos países del Medio Oriente o incluso en nuestro México pero si lo analizamos sinceramente, llegaremos a la conclusión de que todos tenemos la oportunidad de contribuir, solo se requiere que así lo decidamos.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.


Excelente reflexión Fermín, síguenos compartiendo por favor tu valioso conocimiento
Muchas gracias Ingeniero, aprecio mucho sus comentarios. Saludos.