En días pasados mi esposa y yo fuimos a las oficinas de tránsito a renovar nuestro permiso de cochera.
Cuando llegamos al lugar vimos que había que esperar turno y en la pequeña sala todos los asientos estaban ocupados.
Nos colocamos en un lugar donde no obstruyéramos el paso cuando de pronto dos hombres jóvenes se levantaron y nos ofrecieron sus lugares.
Mi esposa aceptó encantada ya que sufre dolor en sus pies.
Yo le agradecí al joven que me ofreció su lugar pero le dije que podía esperar de pie. Él insistió y yo me volví a resistir. Ante un tercer ofrecimiento finalmente acepté. A ambos les agradecimos tan noble gesto.
Hicimos nuestro trámite y cuando salimos del local mi esposa y yo nos miramos. Ella sabía que yo tenía algo que decir.
—Ya cuando me ceden el lugar para sentarme, ya valió —exclamé.
Nos reímos por un rato. Y es que a mis cincuenta y nueve años aún me siento joven. Es cierto, ya no tengo la misma agilidad de antes pero mi espíritu es como de un chaval de veinte.
Lo platico porque es la primera vez que me ceden un lugar. Casi siempre soy yo quien lo cede, sin embargo tengo que hacer caso a las señales que me va dando la vida, aceptar y disfrutar cada etapa de mi existencia.
Me acordé de un chiste.
Dicen que una señora ya entradita en años estaba a la orilla de la banqueta mirando cómo pasaban los autos cuando de pronto una adolescente se le acercó y la tomó del brazo.
—Permítame señora —le dijo y le ayudó a cruzar la calle.
—Ay, muchas gracias niña pero…
—No tiene nada de qué agradecer señora, ha sido un placer. ¿Puedo ayudarla en algo más?
—A decir verdad sí —respondió la señora— ayúdeme a regresar a donde estaba porque yo no quería atravesar la calle, solo estaba esperando a que mi nieta saliera de la tienda.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.


Jejeje ya vamos para esa etapa en la que ya nos dicen señor o “Don”, y aún volteamos a ver a quien se dirigen..
Así es mi estimado Arturo. Me dio mucha gracia cuando escribes “y aún volteamos a ver a quién se dirigen” jajaja, pero es la realidad y creo que debemos ir disfrutando cada etapa de nuestra vida. Muchas gracias por leer y comentar esta publicación. Te mando un saludo afectuoso.