Ese día Medel subió a la azotea de su casa y ya cuando estaba a punto de bajar, “de casualidad” (si así se le puede llamar) notó algo extraño en su tinaco de asbesto.
—¿Eso es una grieta? —se preguntó.
Sí, lo era y por ahí salían pequeñas gotas de agua. No le dio importancia. “Después lo arreglo”, pensó.
Pasaron los meses hasta que una madrugada, su esposa y él, escucharon que se estaba tirando el agua. Se levantaron y se dieron cuenta que se estaba filtrando por una enorme grieta del tinaco y la cisterna casi se había vaciado.
En ese momento su casa se volvió un caos, andaba limitado de dinero, no tenían agua para el uso doméstico, no encontraban a un albañil o a un plomero que les ayudara a resolver el problema y para complicar más su vida, era el primer día de un puente largo en el que la mayoría de los comercios estaban cerrados.
Ese día Medel aprendió que no es buena la cultura de dejar las cosas “para después”.
Si crees que lo que acabas de leer se trata de tinacos, no es así. Lo que le pasó a Medel nos puede pasar a todos en cualquiera de las áreas de nuestra vida.
Esa molestia que sientes en tu cuerpo y que sabes que debes atender antes de que se vuelva crónica o incurable. Ese miedo o ese pensamiento negativo que si lo dejas crecer puede dañarte o dañar a otra persona. Esa cuarteadura que se empieza a notar en las relaciones familiares o laborales, esa pequeña fuga de dinero que a futuro puede deteriorar tus finanzas.
Lo mejor es atender las cosas a tiempo y como dice el libro “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry,; “…los Boababs son árboles muy pequeños, pero cuando crecen podrían hacer estallar tu planeta…”
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

