Escucho el sonar de la campana, salgo de mi esquina y me dirijo al centro del cuadrilátero con los puños cerrados dispuesto a pelear. Aunque conozco a mi rival, sé que no debo confiarme pues el destino me puede deparar algunas sorpresas.
La pelea se puede definir en uno o llegar hasta los doce rounds. Puedo ganar o perder por knock-out o por decisión, pero también puede haber un empate técnico.
Cuando un round me resulta difícil no dejo de pelear. Me golpean, caigo, me levanto, vuelvo a caer y a levantarme. “Aguanta, aguanta”, me digo a mí mismo y pienso que en unos cuantos segundos podré volver a mi esquina para reponer fuerzas.
Ese(a) boxeador(a) eres tú. Suena la alarma de tu reloj y te levantas cada día para afrontar la vida como venga, para echarle ganas. No es uno, son muchos rivales contra los que peleas, los conoces bien y sabes que debes estar preparado(a) porque puedes llevarte una sorpresa.
Tu pelea puede durar cien años o acabar hoy pero lo importante es afrontar el día y dar tu mejor esfuerzo, lo mejor de ti.
Y si hoy estás pasando por una etapa difícil, no te desanimes, no dejes de pelear. ¡Aguanta!. Levántate las veces que sea necesario, piensa que cada día tiene su noche y podrás descansar para reponer fuerzas porque al final mañana volverá a sonar la campana.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

