Una de las cosas más importantes que podemos aprender en esta vida es a confiar en Dios. ¿Cómo sería un ejemplo de esa confianza que debemos tener? La respuesta está en uno de los evangelios:
Un día Jesús estaba predicando sobre una barca. Cuando terminó le pidió a Simón Pedro que se dirigiera mar adentro y que arrojara las redes para pescar.
—Maestro —replicó Simón Pedro— hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque Tú lo dices echaré de nuevo la red.
Cuando lo hizo recogieron tal cantidad de peces que las redes se rompían y tuvieron que llamar a compañeros de otras barcas para que les ayudasen. Las barcas estaban tan llenas de peces que por poco se hundían.
De ese pasaje del evangelio podemos aprender que, si subes a Jesús a tu barca (a tu vida) no te va a faltar nada, tendrás lo que necesitas en abundancia.
Es muy interesante notar que el pescador no le pidió un milagro a Jesús, fue Jesús quien sabía que no habían pescado nada y tomó la iniciativa. Eso significa que no te debes desgastar pidiéndole cosas a Dios porque Él sabe lo que necesitas antes de que se lo pidas.
Ahora bien, ¿Cómo podemos, tú y yo, demostrarle a Dios que le tenemos fe y confianza?
Intentando de nuevo eso que siempre has querido y que no te ha resultado; Reactivando el amor en tu familia aun y cuando te anticiparon que tu matrimonio no tiene remedio. Buscando ayuda y orando por ese hijo tuyo que anda con malas compañías o tiene una adicción a pesar de que te dicen que es imposible que cambie.
Si ya has trabajado “toda la noche sin lograr nada” tienes derecho a estar cansado(a), pero no te des por vencido(a). Lanza de nuevo las redes que en una de esas lograrás la pesca anhelada.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

