SÉ EL CAMBIO QUE QUIERES VER EN EL MUNDO

Un amigo me platicó que hace algunos años tuvo la oportunidad de visitar un país más educado que el nuestro y solo como un botón de muestra se refirió al tema del respeto al peatón.

Él estaba admirado de cómo los automovilistas se detenían por completo para dar el paso a las personas que atravesaban la calle a pie. Pero también éstas últimas no se atravesaban por cualquier parte, solo lo hacían por las esquinas o zonas peatonales. Era un ambiente de orden impresionante.

Regresó a México tan sensibilizado de esa cultura de respeto al peatón, que se propuso aplicarla de inmediato. Iba conduciendo su auto y al llegar a una esquina el semáforo estaba en rojo. Se detuvo por completo. Necesitaba dar vuelta a la derecha y en esa esquina había un aviso de tránsito que decía: “Vuelta continua con preferencia al peatón”. Como vio que había peatones esperando precisamente que tocara el alto para poder pasar, no se dio la vuelta, sino que les invitó, haciendo un movimiento con su mano, para que atravesaran. Dice que fue muy satisfactoria la sonrisa y las muestras de agradecimiento de los peatones.

Sin embargo, a otros no les pareció. Los autos que se encontraban atrás de él lo empezaron a presionar para que avanzara. “No”, pensó él, “el derecho en este momento lo tiene el peatón” y no cedió a la presión de los de atrás. Consideró que era el precio que tenía que pagar por generar el cambio. Un par de cuadras más adelante, uno de los automovilistas se le emparejó y le mentó la madre. Él sintió la tentación de contestarle de la misma manera, pero decidió no hacerlo porque de lo que se trata es de cambiar hábitos y actitudes, así es que solo siguió su camino.

Esa es nuestra realidad en México y me dejó reflexionando seriamente. Si lo observas, notarás que algunos automovilistas no respetan al peatón, algunos peatones no respetan a los conductores de autos, motos o bicis, hay quien conduce por la banqueta o en sentido contrario, hay otro que tira basura o escupe en la calle, otro se estaciona en doble sentido u obstruye la cochera de su vecino, pero claro que seguramente también habrá quienes cumplen con ese maravilloso valor del respeto.

Cuando hay debates presidenciales nunca he escuchado que aborden el tema de ¿Cómo haremos para lograr que 126 millones de mexicanos nos respetemos unos a otros? Podría llamarle a eso “educación” pero esa palabra a veces se interpreta cómo “ir a la escuela” y no solo es eso, es algo más, es formación cívica, ética, integral del individuo porque para mí esa es la raíz de todos nuestros problemas. La delincuencia y la corrupción son faltas de respeto para sí mismo y para los demás.

Pero bueno, mientras la autoridad no coordine algo integral, creo que a cada uno nos toca analizar ¿Qué aspectos no respeto yo y debo empezar a cambiar? para que se cumpla lo que decía Mahatma Ghandi: “Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”.