¿PODEMOS VER A DIOS?

Algunas personas dudan de la existencia de Dios, opinión muy respetable basada en la supuesta imposibilidad de verlo o tocarlo, pero ¿me creerías si te dijera que hay personas que lo han visto, lo han tocado y han hablado con Él?

Circula en internet un documental acerca de un grupo de personas que rescatan indigentes. Salen a la calle, los abordan, se ganan su confianza y luego los llevan a un albergue donde los bañan, les cortan el pelo y la barba, los alimentan y les dotan de ropa limpia.

Me impresionó tanto que me hizo recordar una frase que dijo Jesús: “En verdad os digo, lo que hiciereis con alguno de estos mis más pequeños hermanos, conmigo lo hiciereis”.

En el sermón de la montaña Jesús dijo: “Bienaventurados los limpios de corazón porque verán a Dios”. Una forma de interpretar esta frase es que mientras vivas en este mundo y cumplas los mandamientos y la voluntad de Dios, cuando mueras lo verás, pero pienso que esa frase tiene un alcance mayor: si quisiéramos, lo podemos ver aquí y ahora, en este mundo. Las personas referidas en el documental son una prueba de ello: ven a Dios en persona de los indigentes. La Madre Teresa vio a Dios en persona de los enfermos y moribundos de Calcuta. Conozco a una mujer que rescata animalitos callejeros, ella ve a Dios en esos seres indefensos. Las personas que defienden la vida, tienen la capacidad de ver a Dios en los niños que se encuentran en el vientre materno.

Y te tengo una buena noticia: tú y yo podemos verlo también, si queremos, solo que para ello necesitamos humildad y principalmente limpiar nuestro corazón de soberbia, de maldad.

Puedes verlo en la persona de tu pareja, de tus hijos, de tus padres, de tus vecinos, de tus jefes o compañeros de trabajo y en general en cada persona que te encuentras por tu camino.

A veces no es nada fácil, mayormente si esa persona a quien hay que amar tiene un carácter o un comportamiento difícil, pero ahí está el reto porque como dijo Jesús: “Si solo amas a los que te aman ¿Qué mérito tienes?”