Un día mi hijo invitó a uno de sus amigos a comer a nuestra casa y cuando le íbamos a servir refresco exclamó:
—No gracias, si fuera tan amable de servirme agua pura.
—¿Prefieres agua pura que refresco? —preguntó mi hijo asombrado.
—Lo que sucede es que tomé la decisión de cuidarme y no consumir azúcar ya que mi papá es diabético y yo estoy propenso a serlo también.
—Oye, ¡qué padre tu forma de pensar! —Comenté— ¿Y cómo fue que te sensibilizaste para tomar esa decisión?
—Pues primero, observé cómo sufre mi papá cuando se le sube el azúcar. Hay veces que lo han tenido que hospitalizar para estabilizarlo. Tenemos una tía a la que le amputaron un pie por causa de esa enfermedad. Dicen que también puede uno perder la vista.
—Y en segundo lugar pues en la universidad nos han compartido información de las formas de prevenir esa enfermedad. Fue en base a todo eso que tomé esa decisión.
Lo felicitamos y seguimos conviviendo durante la comida y ya cuando se fue, nos quedamos platicando de lo importante que es que los padres de familia hablemos con nuestros hijos acerca de las enfermedades hereditarias que padecemos, ponerles buen ejemplo en cuanto a las formas de control y “echarles un aguas” para que ellos tomen medidas preventivas a tiempo. Lo demás, es su decisión.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

