Un día que estábamos haciendo limpieza general en mi casa encontré en una caja de cartón mi libreta de apuntes de mi escuela en la materia de Religión. Recuerdo que de los más de treinta alumnos que estábamos en el salón, la mitad eran seminaristas y la otra mitad no lo éramos.
La empecé a hojear y leí una de las tareas que el maestro nos había dejado: analizar la estructura de la oración del Padre Nuestro. Las notas decían lo siguiente:
A. Dos referencias de relación.
B. Una referencia de lugar.
C. Una alabanza
D. 6 peticiones.
A. REFERENCIAS DE RELACIÓN
Padre: Especifica cómo debemos dirigirnos a Dios. Establece la relación entre Dios y el ser humano. No es Rey-Siervo sino Padre e Hijo.
Nuestro: Establece la relación entre los seres humanos. Dios es Padre de todos, pobres y ricos, buenos y malos, vivos y muertos; por lo tanto, somos hermanos.
B. REFERENCIA DE LUGAR:
Que estás en el cielo: Establece la ubicación específica de Dios. El hombre está en la tierra y Dios en el cielo. El cielo es un lugar específico a donde van las almas buenas (exterior) pero también es un estado de conciencia del ser humano (interior) cuando Dios reina en él. La traducción original del evangelio no dice “en el cielo” sino “en los cielos”.
C. ALABANZA:
Santificado sea tu nombre: El nombre de Dios es sagrado y no debe utilizarse para cosas triviales.
D. 6 PETICIONES:
Venga a nosotros tu reino: Esta es una petición para que Dios reine en nuestro interior.
Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo: Conjugación del verbo hacer en tiempo presente “Hágase” = “Que se haga”, refleja nuestra disposición de aceptar la voluntad de Dios en todo lugar y en todo momento.
Danos hoy nuestro pan de cada día: Petición específica de atención a nuestras necesidades materiales. Es notorio que no se le pide el pan por adelantado porque “…a cada día le basta su propio afán”
Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden: Petición de misericordia sujeta a que nosotros también apliquemos misericordia con nuestros semejantes.
No nos dejes caer en la tentación: Mientras estemos en este mundo no podremos evitar las tentaciones, pero sí, a través de esta petición, podemos obtener la ayuda de Dios para que no nos deje caer en ellas.
Líbranos de todo mal: Petición para una protección amplia. En la traducción original dice: líbranos del maligno. En esta parte de la oración pedimos que nos libre de no recibir el mal pero también de no hacer nosotros el mal.
Nótese que, aunque una sola persona esté rezando esta oración, se está dirigiendo a Dios en plural: “Nuestro”, “Nosotros”, “Danos”, “Libranos”, etc. Jesús enseña a dirigirnos a Dios buscando no solo el bien individual sino colectivo.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

