LA VOLUNTAD DE DIOS
—Oye papá, ¿Qué significa “hacer la voluntad de Dios”? —Le pregunté un día que estábamos en el patio— ¿Cuál es Su voluntad?
Mi padre dejó de acomodar unas maderas, se quedó pensando un momento y luego me miró.
—“Mira hijo, pienso que la voluntad de Dios está dirigida en dos sentidos: En lo general y en lo particular.
Su voluntad, en lo general, es que todas las personas sin distinción cumplamos lo que dicen los mandamientos y que Jesús sintetizó así: Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo.
Ahora bien, el otro sentido de su voluntad está dirigido a cada persona en lo particular. Cada uno tenemos nuestra propia historia, una misión que cumplir, uno o varios propósitos de vida, un reto que alcanzar o un servicio que brindar.
Esto se aplica en las actividades buenas y cotidianas de la vida y pienso que cada en cuando es conveniente preguntarle de manera muy directa ¿Voy bien Señor? ¿Estoy cumpliendo con tu voluntad? Y estar dispuesto a escuchar su respuesta.
Cuando la voluntad de Dios coincide con la nuestra, no hay problema, todo va de maravilla, pero la verdadera prueba se presenta cuando sucede lo contrario”.
—¿Y si hay casos en que la voluntad de Dios no pueda coincidir con la mía? —Pregunté.
—Sí, a veces sucede —respondió— y es en esos casos en los que debemos aprender de Jesús cuando dijo: “…de ser posible aparta de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

