—Hola abuelo.
—¡Qué tal hijo! ¡qué gusto volver a verte! ¿Cómo te ha ido?
—Pues no tan bien, fíjate que en la empresa donde trabajaba hubo recorte de personal y me quedé sin empleo, por eso vengo a ver qué consejo me puedes dar para conseguir trabajo, ya estoy desesperado.
El adulto mayor se sentó en su silla de madera, invitó a su nieto a que se sentara frente a él y le dijo:
—Bien, pues el primer consejo que te puedo dar es este: “Busca y hallarás”. Tal vez tengas que tocar cien puertas y se abra solo una, pero hay que hacerlo con mucha fe, sin desanimarse hijo. “Tocad y se os abrirá”.
—Pues ya lo he venido haciendo —exclamó su nieto— he buscado sin hallar, he tocado más de cien puertas y nada.
El abuelo se quedó pensando un momento.
—¿Oras para encontrar trabajo hijo?
—Sí abuelo, diariamente.
—Platícame ¿cómo es tu oración?
—Pues le digo a Dios: “Señor, te pido que encuentre trabajo, me urge para poder sostener a mi familia y pagar mis deudas”.
—Muy bien —exclamó el abuelo— ¿y si en lugar de pedir, ofreces?
Su nieto lo miró desconcertado.
—Sí mira, algo como lo siguiente: “Señor, te ofrezco lo que soy y lo que tengo y lo pongo al servicio de los demás.”
Al aplicar el consejo de su abuelo, el joven no tardó mucho tiempo en encontrar, no una, sino varias oportunidades. Ese día aprendió que si en lugar de pedir, estás dispuesto a dar, la vida te lo devuelve con creces.
Author: Fermín Felipe Olalde Balderas
Escritor, autor de los libros y de las reflexiones publicadas en este portal.

