AMOR ES…

Todo empezó un día que hice reír a mis hijos cuando les mostré una calcomanía de “Amor es…” de esas que en mi adolescencia se usaban para expresar muestras de cariño. De pronto uno de ellos lanzó una pregunta al aire “¿Y para ustedes qué es el amor?”

—Yo pienso que es un sentimiento que no puedes explicar, pero puedes sentir —exclamó mi hija Diana.

Me pareció una respuesta muy acertada. Luego cada uno dimos nuestra definición, sin embargo, yo veía muy pensativa a mi esposa que hasta ese momento había guardado silencio.

—¿Y tú muñequita? —le dije— ¿qué piensas que es el amor?
—Yo no sabría definirlo bien —contestó— pero se los puedo explicar.

Todos nos acomodamos para escucharla.

—“Un día, Diana y yo nos dirigíamos a hacer un trámite a una oficina pública cuando de pronto escuchamos el maullido atemorizado de un gatito. Pusimos atención y nos dimos cuenta que el sonido provenía de abajo de un auto. Ni ella ni yo lo podíamos atrapar. De pronto, pasó por ahí un hombre joven que vestía una camisa blanca muy limpia, una corbata y un pantalón de vestir.
—¿Se les fue algo abajo del auto, señora? —me preguntó.

—No, es un gatito que está asustado y lo queremos sacar para buscarle un hogar.
Entonces, él se agachó y dijo: “Ya lo vi” y sin pensarlo, se tiró al piso, se metió debajo del carro, sacó al gatito y me lo entregó.

—Yo le dije que me sentía muy agradecida con él, pero a la vez super apenada porque su camisa se había ensuciado.
—Ah, no se preocupe —contestó sonriendo— con una buena lavada se quita. Se despidió de nosotras y se fue.

—Su actuar provocó que me dieran ganas de llorar porque él no tenía obligación de hacerlo y sin embargo lo hizo por nosotras. A eso, yo le llamaría amor —concluyó mi esposa”

Todos nos quedamos boquiabiertos. Ese día aprendí que el amor no solo son sentimientos y palabras bonitas, es una acción que conlleva un sacrificio en beneficio de alguien, aun sin conocerlo.